Hoy vamos a seguir recordando algunas de esas oraciones coloquiales tan usadas en nuestra lengua, e indagar su origen en la medida de lo posible. Ya que tengo debilidad por los felinos, vamos a empezar con ellos.

Dar gato por liebre

Aunque hoy día lo usamos en una gran variedad de situaciones en las que alguien intenta engañar a un pobre incauto, esta expresión nació gracias al comercio. Decimos que nos han dado gato por liebre cuando nos han engañado en la calidad de un producto, cobrando un precio excesivo. También cuando, debido a la semejanza de dos artículos, nos venden el peor al precio más caro.

El usarla hoy día al referirnos a determinado tipo de restaurantes  también tiene raíces históricas. Ya en el siglo XVI se cuenta de mesoneros sin escrúpulos que solían poner a sus huéspedes carne de algún animal que no se correspondía con la que ponía en el menú… (gato o asno en lugar de ternera, liebre, conejo o cabritilla). Hasta hoy nos ha llegado el conjuro que recitaban los viajeros en un intento de asegurarse qué iban a comer:

Si eres cabrito, mantente frito;
si eres gato, salta del plato.

Ya que el animal nunca se movió, al huésped no le quedó más opción que almorzárselo.

Comer del mismo plato

Usamos esta frase para resaltar la familiaridad, la afinidad que existe entre dos personas, o más bien todo lo contrario: ¿Por qué te tomas tanta confianza? ¿Acaso tú y yo hemos comido del mismo plato?

El origen de esta curiosa expresión nos remonta a la edad media. En los banquetes, los comensales eran emparejados por los anfitriones, bien por afinidad, para que la conversación fuese agradable, bien por tema de negocios. El protocolo de la época marcaba que ambos debían comer del mismo planto, y beber de la misma copa en estas reuniones. Hoy día es costumbre servirse cada uno en su propio plato, pero todavía conservamos esta frase.

Today we are going to continue thinking about some of these colloquial sentences and idioms used in our language, and to investigate their origin as far as we can. As I have a weakness for felines, we are going to start talking about them.

To give a cat for a hare

Though we use it nowadays in a great variety of situations in which someone tries to be deceptive to an incautious person, this expression was originated from commercial transactions. We say that we have been given a cat for a hare when someone has cheated us in the quality of a product, or we payed an excessive price. Also, when due to the similarity of two articles, we are sold the worst one at the most expensive price.

To use this idiom referring to certain type of restaurants also has historical roots. Back in the 16th century, it was said that some innkeepers without scruples used to serve their guests meat fromsome animal that was not the one offered in the menu … (cat or jackass instead of veal, hare, rabbit or kid). Up to the present day, it has survived as a conjuration that travellers recited in an attempt of making sure what they were going to eat:

If you are a kid, remain fried;
If you are a cat, jump off the plate.

As the animal never moved, the guest did not have any choice but to eat lunch.

To eat from the same plate

We use this phrase to highlight the familiarity, the affinity that exists between two people, or the opposite: “why do you take so many liberties? Have you and I eaten from the same plate?”

The origin of this curious expression goes back to the middle ages. During banquets, the host paired the guests by affinity, in order to make the conversation pleasant, or by needs of business transactions. The protocol of the time established that both guests had to eat from the same plate, and drink from the same glass in these meetings. Today it is our custom to eat from our own plate, but we still preserve this phrase.