Summer is here, and one of the bloodiest battles we can have at home, or in the working place, begins: the battle to control the air conditioning. As I don’t like it very much, because I’m very sensitive to cold, and I’m not very good at fighting, I have memorized all the arguments I have read in a newspaper today in order to convince everybody how unhealthy it is to use the air-cooling system.

1. Air conditioning is bad for your health. It would be a good idea to create free spaces of air conditioning, in the same way as we have no smoking places in public buildings, or at least to have the possibility of opening windows.
2. Air conditioning is bad for the environment. We need a lot of electric power to make it work, and we also have the problem of dangerous CO2 emissions and the global warming. Its systematic use can increase the temperature in 1,5 º or 2 º in summer in a city as Madrid.
3. Air conditioning is bad for your pocket. With the crisis we have, if you care about your family budget, you will have to restrict its use.
4. Air conditioning is bad for the neighbourhood, or at least for your unfortunate neighbours who doesn’t have air cooling system at home. The machine is in the street, so the noise and the heat that comes from it is shared… and they make uglier the urban landscape.
5. “There was life before air conditioning”. Our ancestors lived without it, and it wasn’t so bad. Maybe its use is only our way to impose upon the environment and its seasons, trying to look for a permanent spring.
6. There are individual and cheaper alternatives to the air conditioning: to take a shower, to use a fan (electric or manual), to open windows and sunshades, and to close curtains; not doing physical exercise during the hottest hours; to drink a lot of liquid and to consume fewer fats
7. Air conditioning is a fix, not a solution. It would be more sensible, logical, cheap and ecological to have buildings prepared for energetic saving. Buildings preserving the heat in winter and supporting the fresh air in summer would be the best solution.

El verano ya está aquí, y una de las batallas más cruentas que podemos tener en casa, o en el lugar de trabajo, comienza: la batalla para controlar el aire acondicionado. Como a mi no me gusta demasiado, porque soy muy friolera, y no soy demasiado buena peleando, he memorizado todos los argumentos que he leído en un periódico hoy para convencer a todo el mundo lo nocivo que es usar el aire acondicionado.

1. El aire acondicionado es malo para tu salud. Sería una buena idea crear espacios libres de aire acondicionado, de la misma forma que tenemos lugares libres de humo en los edificios públicos, o al menos tener la posibilidad de abrir las ventanas.
2. El aire acondicionado es malo para el medio ambiente. Necesitamos mucha electricidad para hacerlo funcionar, y además tenemos el problema de las peligrosas emisiones de CO2 y el calentamiento global. Su uso sistemático puede subir entre 1,5 º y 2 º la temperatura en verano en una ciudad como Madrid.
3. El aire acondicionado es malo para tu bolsillo. Con la crisis que tenemos, si te preocupa tu presupuesto familiar, tendrás que restringir su uso.
4. El aire acondicionado es malo para el vecindario, sobre todo para tus desafortunados vecinos que no tienen sistema de refrigeración en casa. La máquina está en la calle, por lo que el ruido y el calor que desprende se comparte… y afea aún más el paisaje urbano.
5. “Había vida antes del aire acondicionado.” Nuestros antepasados vivían sin él, y no les fue tan mal. Quizá su uso es nuestra forma de imponernos al medio ambiente y sus estaciones, intentando buscar una primavera permanente.
6. Hay alternativas individuales y más baratas al aire acondicionado: darse una ducha, usar un abanico o un ventilador, abrir las ventanas y los toldos, echar las cortinas; no hacer deporte durante las horas más calurosas, beber mucho líquido y comer menos grasas.
7. El aire acondicionado es un apaño, no la solución. Sería más sensato, lógico, barato y ecológico tener edificios preparados para el ahorro energético. Edificios que mantuviesen el calor en invierno, y el aire fresco en verano serían la mejor solución.